En el Festival de Cine de Cannes de 2025, "The Phoenician Scheme", la película de rompecabezas humano de Wes Anderson

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Desde hace casi treinta años recibimos, vía correo restante en la web, los mensajes excéntricos y llenos de desamparo del joven Wes Anderson, que cumple 56 años este primero de mayo. Un dandy americano que ha estado refugiado durante mucho tiempo en Francia e Inglaterra, algo en la obra de este maestro de la aventura alocada y el diseño vintage sugiere que ha escapado por poco de un inefable romance familiar.

La familia, de hecho, natural o reconstituida, biológica o amistosa, es el sujeto electivo andersoniano. Disfuncional en esencia, a menudo en una triangulación edípica, excéntrico en sus desarrollos, en última instancia sumamente entrañable. El caos mental y el absurdo de las situaciones resultantes están controlados por una ordenación rigurosa de la forma que las contiene. De ahí a imaginar a un Wes Anderson convertido en cineasta precisamente para encuadrar la locura secreta que lo persigue, he ahí una hipótesis freudiana básica sobre la que nadie está obligado a apostar un kopek.

En cualquier caso, Anderson enmarca, ordena, clasifica, simetriza, modela, automatiza, enumera, colorea, traza una línea y escuadra un mundo demasiado inestable para su gusto. Marcos, cajas, mapas, listas, brújulas, manuales, carteles, diagramas, instrucciones, tipografías antiguas, decoraciones, capítulos, todo es bueno para el ordenamiento riguroso de las cosas. Solo nos queda nombrar algunos, entre los que Anderson roza la genialidad en este ámbito: The Royal Tenenbaums (2001) , The Life Aquatic (2004) , The Darjeeling Limited (2007) , Moonrise Kingdom (2012) , The French Dispatch (2021) . ¿Quién no correría a mirar más de cerca?

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